Después de numerosos intentos fallidos por sacarle del pequeño laberinto que tienes por mente, aparece el en el momento mas oportuno, para decirte que te quiere, y que te echa de menos, y que va a luchar por ti.
Y es ahí, cuando la indecisión se convierte en tu peor enemigo, y piensas "esto ya estaba superado", pero una vez mas tus planes no han servido de nada, y lo sabes, sabes que no puedes volver a hacerlo, que no puedes permitir que nadie se ria de ti, y ya no es por orgullo, se llama miedo.
Miedo. A sufrir de nuevo, esconder lagrimas tras sonrisas de papel no es agradable, contemplar como las personas que te rodean ven como te vas consumiendo tampoco es agradable. Pero ellos no saben como te sientes, los sentimientos son únicamente nuestros, solo nosotros sabemos las dimensiones que ocupan y las lagrimas que se merecen, y lo que a ti te parece el fin del mundo, que no lo es, para los demás es algo sin importancia, fácil de evitar.
Entonces el aparece otra vez.
"Te quiero"
Ojala no lo repitiese tantas veces, aunque admítelo, te gusta que te lo diga, te gusta que le importes y te gusta saber que esta ahí, es inevitable, casi como respirar...

Vive como si no existiera un mañana.

Verás, me cansé de ser esa que se pasa el día lamentándose por las cosas, mirando hacia atrás y arrepintiéndome, o a veces sintiéndome mal con todo lo que me envuelve y tener que callarme por no ser esa que siempre se queja. Me cansé de dar sin recibir nada a cambio, me cansé de pasarme los días poniendo sonrisas falsas a mi rostro por tal de que los que están a mi alrededor no se quejen de que no lo hago... me cansé de toda esta situación.
Porque esto no es vida. Y decidí cambiar, cambiar esta manera negativa de ver la vida.